martes, 22 de septiembre de 2015

Cardenal - Los Nuevos Dioses



La confesión del Cardenal.

Siento en los huesos la insoportable privación del deseo, busco el placer como cura. Tomo las garras del sufrimiento y siembro en mi corazón el ansia de poseer, de atribuir silencio al vacío; de repetirme en un juego de resonancias. Necesito de rasguños y palabras ininteligibles para escaparme de este juego desolador, adentrarme en mis visiones religiosamente confusas e ir a ningún lugar.

La disolución es una alegoría, la disolución psicológica, la disolución sociológica, la sociedad que me lleva al odio, odio todo. Vine a exponer mis tripas y mi delirio, soy alucinaciones. Soy dislates y recuerdos distorsionados sin ninguna conexión aparente; recojo mi juicio, soy el juicio de la vergüenza, aquel que nada ha conseguido. Soy el Cardenal de la experiencia, la ausencia de reglas, el punto de lo absurdo, el aparato, el alienado y disociado amigo que han tirado en aquella esquina por la que pasas todos los días a mirar a tu vecina la puta.

Soy Dios, uno nuevo, venéreo, venérenme.

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