A Prinzhorn Dance School con su particular diseño de la música no le hace falta nada, ellos pueden expresar muchísimo con muy poco, son la elegancia de lo esencial, el sonido de los huesos y el minimalismo post punky.
Valió la pena esperar 5 años para su segunda entrega que sale bajo el sello DFA, única disquera que piensa también que la esencia está en restar y que la pasión no necesita de muchos arreglos para vibrar hasta el límite. Todo está en la mente dicen por ahí, incluyendo los pasillos de los supermercados con estanterías medio vacías, la soledad y hasta la paranoia urbana.
Los PDS son ideales para danzar en pistas de baile de un metro cuadrado y su nuevo álbum es aspirina para la fiebre del sábado en la noche. ¿Es sólo música de lo que hablamos? más aún: es la arquitectura, la construcción del espacio, la geometría plana, el epílogo de una obra esencial, cuadrada, mínima y si se quiere dar nombre podemos llamarle punk.
En sintesís este disco se trata simple y llanamente de la caída al vacío, la obsesión transformada en consignas, es una especie de manifiesto contra la modernidad.
!!!...Ideal para ver "El precio es Correcto"
No hay comentarios.:
Publicar un comentario