El 5 de diciembre nace The Burros Discos.
De una manera inapropiada, sin pedir permiso, se forjó
este ser, éste al que aún no se le había reconocido el anhelo de cambio en esta
quimera llamada Medellín. Dicho ser, llamado The Burros Discos, nació sin
espacios; nació de conversaciones e intercambios musicales, nació de ir a
toques, pero sobre todo, nació de la necesidad de crear un criterio de búsqueda
diferente, un criterio que aún no se daba lugar aquí, un criterio que pudiera
llamarse de alguna manera 'abstracto'. The Burros Discos nació de la necesidad
de hospedar otras formas, otras ajenas a toda la parafernalia ya consolidada.
No estrictamente, pero en un término genérico, nacimos
como necesidad de representar, en lo posible, toda esa gama de valores que
significa la cultura underground, o la contracultura. Nosotros apadrinamos mucho
de esto durante nuestras vidas y ahora queremos llevarlo al plano material, queremos
que esos valores se hagan tangibles y se abran un espacio en la memoria, pero
sobre todo, queremos que esos valores se materialicen en un movimiento que dé
sentido al aburrimiento, a la monotonía teñida de tristeza, a la amargura y a ese
tremendo deseo de reaccionar que muchos sentimos.
Buscamos descubrir con la música la forma más natural,
la forma más primitiva, buscamos la música viviéndola. Tanto así que podemos
decir que recurrimos a métodos -que hoy parecen obsoletos- en este esfuerzo
romántico en el cual urgimos nuestra pesca, nuestra curiosidad musical, aquella
genuina y apasionada, esa misma que nos ha llevado a sentir que vivimos y no
que sobrevivimos. Por ello, en momentos como hoy, donde sentimos que vivimos en
la especulación, donde los vestigios y cartílagos son más frágiles, y al mismo
tiempo, son actos de impiedad y formas de abuso, un sello discográfico
alternativo solo busca destruir la fachada tradicional y débil desde el
romanticismo.
Nosotros, estamos sujetos a la inestabilidad y al
cambio constante, a la esencia frágil y cambiante, tenue; a partir de entidades
que cooperan en la realización de embriones, de células para el polimorfismo,
realizando desde el umbral más discordante el sueño de empezar a crear ‘un propio
underground’. En este sentido, lo hacemos con gusto, porque creemos en una
nueva tendencia, creemos en la liberación cultural y moral, creemos que podemos librarnos de la mentalidad impuesta desde
arriba a través de las organizaciones gubernamentales, las iglesias, los medios
de comunicación, el falso mesías.
Tenemos el objetivo de erradicar la redundancia que se
encuentra en el colapso de la sociedad juvenil colombiana mostrando sus signos
más evidentes: la miseria de la homogenización y el barullo ensordecedor de una
ciudad embriagada en folclor.
No queremos durar para siempre, pero sí queremos durar
el tiempo necesario para forjar amistades y asentar personalidades por medio de
la música.
The Burros es un ente transitorio.
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