Dúo
argentino que de entrada propone prender fuego a
todo, la ultra-violencia de sus letras se mete de lleno con
la moral, destruye dogmas y propone ir hacia ningún lugar,
que es, después de todo -o nada-, de dónde venimos. Ellos
son Natalia
Gonzalia en
los tarros y Cristiano
Monga en
el bajo / voz; si señores, bajo y batería nada más.
Ellos sólos mueven tantas heridas. Este dúo se
traduce a sí mismo como una unidad y son un monstruo tan verdadero como las
descripciones de sus letras. Cada canción es una daga muy afilada,
un filo errante que encuentra adeptos en quienes ya
han emprendido una búsqueda.
Es punk,
no se preocupen, es un extracto de éste, aunque es de resaltar que
hay mucho de propuesta conceptual en su álbum, —muchos
nos dirán locos, pero—
en el orden de sus canciones hay una historia, ya saben, es en clave
y lo que tenemos claro es que apunta hacia los cimientos de nuestra
moral (la del hombre, no la del burro). Ajá, con esto ya ha
trascendido la música así que escapa a la etiqueta aunque si le
aplicamos fuerza diremos que es post-punk, —usted
dirá—.
¿Sientes culpa?
Pues escapa de ella. El
Ep de Cuzcos nos
invita a una fuga en el tiempo, a un escape hacia la eternidad; pero
no de esa eternidad fácil y perezosa, no, nos hablan de un vacío que
de alguna manera está compuesto por nuestro quehacer; imaginen pues
que esto que ahora hacemos lo haremos por siempre, dolor, miedo,
angustia, tristeza serán siempre compañeras de los
deseos, búsquedas y sueños. Escapar de todo esto, no es
una invitación a morir, es una invitación a habitar el
tiempo, vamos pues a sufrir en el tiempo, ¿eh, vamos?, ¿No se te
hace absurdo sólo sentir miedo?, vamos pues a escapar ¿O es que
somos adictos?.
Cuzcos
nos regalan 13 canciones, 13 catedrales frías como
un cadáver. Frío álbum homónimo que debe
revisarse no con la lógica de un sepulturero sino con la de un
forense; trece pedazos de literatura, en punk, por un dúo
que son unidad, llamados Cuzcos, desde Argentina sólo Bajo
y Batería.
!!!!....
Ideal para comer carne y beber sangre eternamente, como
las águilas del mito.
1 comentario:
No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista. Basta ya de culpas, basta ya de enfermedad. Esta eternidad que nos sorprende hace absurda cualquier mentira. Poder de banda, no la conocía.
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