miércoles, 21 de marzo de 2012

Blasted Canyons - Blasted Canyons (2011)




El intro de este trabajo es sugestivo, cuando se lleva en un reproductor se alcanza cierto nivel de estrés pero este estado es sólo una antesala a la sorpresa, la canción que sigue quizás sea la canción del odio porque es bodrio total. Si quieren una canción cuquita salten a la tercera y de ahí en adelante se vuelve todo un mercado de rareza integrado por un noise que no vivíamos desde el primer álbum de Refused, allá por el 98 intitulado The shape of punk to come. Es el trabajo más consultado en TheBurros y al que Blasted Canyons le hace pequeños guiños, pero no son más que eso y evitemos las comparaciones porque BC es rara, tiene muchas cosas. 


Es una banda que logra ser ella, su personalidad está en ser muchas cosas y su naturaleza es mezclar sentimientos. A veces logra parecer una banda de basura comercial y pretenciosa, otras veces logra hacer creer que son unos vergajos que tocan mal y que harán parte de la corriente principal más temprano que tarde, y en otras parece una banda hija de varias leyendas del submundo musical, una banda que tan sólo es una consecuencia de un movimiento que ha preferido ser alteridad. O ¿Será que es una de esas bandas que pronto nos aburrirá así como hoy nos aburre Crystal Castles? —Ojalá no nos equivoquemos—. 
Hoy hay muchas bandas casposas —y tan repetidas como tatuarse dos golondrinas arriba de las tetas— que nos hacen desconfiar, bandas que nos llevan a preguntas, pero hay que relajar el bollo porque el ser desconfiado es quizá el resultado de tan copiosa infoxicación. ´{+'enfermedad'*'¿


Es imposible pues, no caer en la tentación de inventar conceptos, pecar de intelectualismo y que nos lleve a la creación descabellada de etiquetas; en este blog somos amantes de crear etiquetas y esperamos que usted también lo haga apreciado lector. No podemos ignorar que hay canciones que lo llevan a uno por caminos insólitos donde al final lo que encuentras es que no tienes palabras para describirlo; así que si la razón incita a nombrarlo de alguna manera lo que hay que hacer es abusar de la semántica. Decir la etiqueta, escribir la etiqueta, chicanear con ella, mostrársela a todos nuestros amigos, pavonearse con estas palabras por el mundo real y el virtual como quien tiene una gran verga. No queda más que darse cuenta que uno es un maldito loco, —así como los filósofos franceses—.


!!!... Ideal para para tocar el piano con el pipí.

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